"Después de tantos años, nunca el sol le dijo a la tierra: estás en deuda conmigo. Pensad lo que puede hacer un Amor así... iluminar todo el Mundo".

sábado, 16 de abril de 2011

Dime qué comes (segunda parte)

Somos lo que comemos

A fin de compartir con ustedes algunas cosas que leemos sobre la salud les acercamos la segunda parte de una nota publicada en la revista Rumbos. Que la disfruten y les sirva para mejorar su salud!


Al alcance de todos
"A veces existe el prejuicio de que alimentarse bien es caro", dice Angelita Bianculli de Rodríguez, fundadora de la Esquina de las Flores, tradicional espacio dedicado a la alimentación saludable y referente nacional sobre el tema. "Si bien los productos orgánicos son mas costosos por la forma en que se trabajan, también es cierto que se pueden comer productos de estación, cereales y legumbres que rinden mucho. Justamente, uno de los talleres que doy demuestra que se puede cocinar sano con poco", dice Angelita y refuerza la idea señalando, además, los costos extras que trae comer mal y consecuentemente enfermarse. "Es muy difícil comer mal y vivir bien", dice y asegura que una dieta sana "está al alcance de todos". Además, descree de las dietas estrictas. También recomienda evitar lo más posible las sustancias químicas que contienen la mayoría de los productos industrializados y tratar de hacer la comida en casa, "porque uno de los ingredientes más importantes es el amor que le ponemos cuando la hacemos".

Volver al verde
"No todos saben que cada 7 o 10 años el organismo se renueva completamente", dice la nutricionista Agustina Mori. "A medida que se descartan células viejas, se generan nuevas para reemplazarlas. Es decir que todo lo que comemos es lo que forma nuestras células, por ende determina nuestra salud o enfermedad", dice indicando que no deberían faltar en nuestra mesa legumbres, cereales y semillas como el girasol y las almendras, además de frutas y verduras. Por el lado de los hidratos, Mori hace hincapié en los cereales, preferentemente integrales, ya que la cáscara es lo que tiene más nutrientes: vitaminas, hierro, calcio, minerales. Las frutas y verduras aportan líquidos, vitaminas, minerales, oligoelementos y también hidratos.
Al mismo tiempo, se recomienda evitar las gaseosas, las bebidas azucaradas y los caramelos. Estos alimentos contienen grandes cantidades de azúcares y ácidos que debilitan los dientes y el sistema digestivo. En cuanto a las proteínas, la profesional destaca la importancia de aumentar el consumo de legumbres, semillas y proteínas vegetales, " que son mejor metabolizadas por el organismo que las de origen animal". "En la Argentina, está muy arraigado el consumo de la carne. Al consultorio vienen muchas madres con temores porque sus hijos rechazan su consumo, pero lo cierto es que con una dieta equilibrada se puede prescindir perfectamente". La nutricionista señala que los alimentos de origen animal pueden perjudicar la salud porque son moléculas muy difíciles de digerir y metabolizar. "No estamos preparados para consumirlos. Si bien el ser humano se ha adaptado, se está desequilibrando otro sistema: las proteínas animales pueden dañar el riñón y el hígado. Hay listas largas de enfermedades relacionadas".
Asimismo, todavía falta difusión o un mayor conocimiento de los alimentos que tienen grandes beneficios pero todavía no son tan conocidos. El doctor Hugo Goldberg, vicepresidente de la Asociación Argentina de Fitomedicina cuenta, a modo de ejemplo, las virtudes del amaranto, que "tiene todos los aminoácidos esenciales y más calcio que la leche. Además tiene hierro y como valor agregado es apto para celíacos", dice. Este cereal, que empezó a utilizarse en algunos lugares como Santa Fe para tratar la anemia y la desnutrición con gran éxito, se puede incluir en forma de panes, galletitas, obleas o, simplemente, agregarlo a ensaladas, en conjunto con el arroz, entre otros modos. La quínoa, o semillas como el sésamo o la chía también tienen grandes aportes para el organismo.
Lo cierto es que el espectro de la alimentación se amplía. Hoy por hoy, la ciencia ya habla de la nutrigenómica, describiendo cómo genes y nutrientes se relacionan entre sí y cómo determinados alimentos favorecen la acción protectiva o dañina de los genes. Si nos ponemos a pensar que durante su vida una persona ingiere al menos 20 toneladas de comida, tanto para obtener energía como para crecer y curarse, no es difícil deducir la importancia de este punto. La alimentación, en su amplia acepción, es determinante en nuestra calidad de vida.

Pautas básicas para una alimentación sana


El doctor Claudio Esteve señala 10 puntos clave para una buena alimentación:
1- Tener 5 comidas al día, conformadas como se señala en los puntos subsiguientes, comenzando por un primer desayuno, para rehidratar el organismo: un jugo de frutas o un vaso de agua y 1 o 2 frutas de estación.
2- Un segundo desayuno a media mañana a modo de colación, por ejemplo: una banana con frutas secas. 
3- Iniciar siempre el almuerzo con una buena ensalada y liego un plato principal que puede ser un cereal integral, o papas o batatas o pastas, preferentemente cocidas al horno o al vapor, acompañadas de proteínas orgánicas, por ejemplo: milanesas de soja u omelet de espinacas. En época de más frío, incorporar sopas de verduras o guisos. de postre, sólo manzanas o peras maduras. 
4- Comer tranquilo y masticando bien el alimento antes de tragarlo.
5- No acompañar las comidas de pan, salvo el desayuno, y siempre que sea integral.
6- En lo posible no freír los alimentos, salvo 1 o 2 veces al mes.
7- No utilizar sal fina de mesa ni azúcar blanca. Es preferible la sal marina y el azúcar integral. 
8- Restringir al máximo posible los alimentos putrefactivos, a saber: carnes en general, huevos y embutidos.
9- tener una merienda moderada; tisanas, 2 tostadas con dulce  o una fruta con leche de soja orgánica o de almendras.
10- La cena debe ser siempre menos que el almuerzo. 

El aporte de las plantas
En la línea de la salud basada en una mayor inclinación hacia lo natural, cabe destacar el desarrollo que está teniendo la fitomedicina en nuestro país. "Hay un interés importante de la industria para empezar a hacer fitomedicamentos. Todavía no llegamos al grado de Brasil, donde se declaró de interés el uso de plantas medicinales en todos los centros de salud y se promovió su investigación, pero de a poco acá también se están haciendo extractos", dice el doctor Goldberg, vicepresidente de la Asociación Argentina de Fitomedicina. En Misiones, se está trabajando en un proyecto de inclusión de plantas medicinales en la atención primaria de la salud. "El gobierno provincial, a través de su laboratorio, fabrica medicamentos sobre la base de plantas de la zona, que distribuye gratuitamente en los centros de salud". Congorosa para la úlcera gastroduodenal, caléndula para los problemas de piel y un jarabe de ambay para problemas bronquiales, sobre todo para los chicos. "Una planta es un laboratorio que vive fabricando moléculas químicas naturales, tan potentes como cualquier producto químico".


El hierro
Cuando se plantea cambiar patrones de alimentación, surgen muchas dudas. Por ejemplo, al dejar las carnes lo más corriente es que surja una alarma por la posible falta de hierro o de proteínas. Según el doctor Esteve, "es un gran error: la casi totalidad de los anémicos por déficit  de hierro en nuestro país son comedores de carne". Y continúa. "En realidad, el hierro abunda en las frutas, verduras y cereales integrales, como las remolachas, espinacas, perejil, tomates, trigo, aceitunas negras, lechugas y escarolas, espárragos, alcauciles, repollos, etc. Su absorción aumenta si están en estado crudo y aderezados con jugo de limón. Siempre hay que tener en cuenta que el principal alimento del hombre no son las carnes, sino las frutas, las hojas (verduras de hoja) y las raíces (papas, batatas, zanahorias, remolachas, nabos, entre otras)".


Extraído de la Revista Rumbos, N° 396

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